25 de Octubre, SAN FRUTOS DE SEGOVIA Y HERMANOS MÁRTIRES
Se trata de tres hermanos que
murieron mártires en garras del Islam cuando invadió europa.
Son tres hermanos que cumplieron
fielmente con el Evangelio vendiendo todo cuanto tenían, dando el producto a
los pobres y siguiendo fielmente al Señor hasta lograr la preciada palma del
Martirio.
Sus nombres son San Frutos, Santa
Engracia y San Valentín, mártires
En
las cercanías de Segovia, en Hispania, san Frutos, que llevó vida eremítica
junto a una escarpada montaña (c. 715), en la actual España
¿Quién
fue el hombre que desde catorce siglos atrás es polo de atracción de tantas
generaciones de segovianos?
Nació
Frutos, en el año 642, en el seno de una familia rica que tuvo otros dos hijos
con los nombres de Valentín y Engracia.
Debió ser una familia de profundas
convicciones cristianas que supieron, con la misma vida, inculcarlas a sus
hijos. Sin que se sepa la causa, murieron los dos. Ahora los tres jóvenes son
herederos de unos bienes y comienzan a conocer en la práctica la dureza que
supone el ser fieles a los principios. Parece ser que tanto tedio provocaron en
ellos los vicios, maldades, desenfrenos, asechanzas y envidias de su entorno
humano, que Frutos les propone un cambio radical de vida.
Los tres, con la misma libertad y libre
determinación deciden vender sus bienes y los dan a los pobres. Dejaron la
ciudad del acueducto romano y quieren comenzar una vida de la soledad, oración
y penitencia por los pecados de los hombres. A la orilla del río Duratón les
pareció encontrar el lugar adecuado para sus propósitos. Hacen tres ermitas
separadas para lograr la deseada soledad y dedicar el tiempo de su vida de modo
definitivo al trato con Dios.
A
partir de aquí se tiene noticias de Frutos cuando el estallido de la invasión
musulmana y su rápida dominación del reino visigodo. Frutos, en su deseo de
servir a Dios, intervino de alguna manera —y con vivo deseo de martirio- en
procurar la conversión de algunos mahometanos que se aproximaron a su entorno;
defendió a grupos de cristianos que huían de los guerreros invasores; dio
ánimos, secó lágrimas y alentó los espíritus de quienes se desplazaban al
norte; fue protagonista de algunos sucesos sobrenaturales y murió en la paz del
Señor, con el halo de santo, el año 715.
La
misma historia refiere que sus hermanos Valentín y Engracia fueron de los
mártires decapitados por los sarracenos y sus cuerpos colocados con el del
Santo.
Los
cuerpos de San Frutos, Santa Engracia y San Valentín,
venerados por los cristianos segovianos, se conservaron en la ermita de San
Frutos, cerca de la actual Sepúlveda, desde comienzos del siglo VIII hasta el
siglo XI.
El
rey Alfonso VI concedió esta ermita al monasterio de San Sebastián de Silos
—hoy Santo Domingo de Silos- para que la cuidasen y facilitasen la creciente
devoción del pueblo; se hizo escritura en el 1076. Los monjes recomponen la
ermita como de nuevo y la habilitan para que puedan vivir en ella algunos
monjes. Terminadas las obras en el año 1100, la consagra D. Bernardo, el primer
Arzobispo de Toledo. Está construida sobre roca escarpada, como cortada a pico,
a orillas del río Duratón, afluente del Duero. En ese nuevo lugar se depositan
las reliquias de los tres santos.
Restaurada
Segovia y restituida a su dignidad episcopal, se pasan a su catedral la mitad
de las reliquias desde el monasterio de Silos, con autorización y mandato del
Arzobispo de Toledo, en el 1125.
Tan
celosamente se guardan que se pierde el sitio donde fueron depositadas hasta
que se encontraron milagrosamente, en tiempos del celoso obispo D. Juan Arias
de Ávila.
En
el año 1558 se depositaron finalmente en la nueva catedral. Allí, en el
trascoro, reposan los restos del Patrono de la Ciudad, teniendo por fondo el
retablo que trazó Ventura Rodríguez para el palacio de Riofrío y que Carlos III
donó para la catedral segoviana.
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