9 oct 2018

09 de Octubre, fiesta de SAN HÉCTOR VALDIVIELSO, primer Santo Argentino


09 de Octubre, fiesta de SAN HÉCTOR VALDIVIELSO, primer Santo Argentino



Pensemos en que el odio a la fe procede del adversario infernal, y quienes odian a la fe, se convierten en instrumentos suyos.

En vez de mirar lo que otros hacen, consideremos que no amamos suficientemente la Fe que como tesoro nos ha dado El Señor para conservarlo y aumentarlo.

El heroísmo en la Fe es diario, somos discípulos de Jesús, tomemos el ejemplo del primer Santo Argentino.






 Héctor Valdivielso Sáez es uno de los ocho católicos que alcanzó la corona del martirio durante la llamada Revolución de Asturias, poco antes de la Guerra Civil Española. Nació el 31 de octubre de 1910.

 A los 24 años de edad, convertido ya en hermano de La Salle fue detenido por los marxistas en la escuela Nuestra Señora de Covadonga, del pequeño pueblo de Turón, a 20 kilómetros de Oviedo, donde enseñaban a hijos de mineros.

 Después de permanecer varios días en la "Casa del Pueblo", los siete hermanos lasallanos y el padre pasionista que evangelizaba con ellos, fueron llevados de madrugada hasta el cementerio ante cuyas tapias los fusilaron los milicianos, sin acusación ni juicio previo.

 En la ceremonia de beatificación, el 29 de abril de 1990, Juan Pablo II dijo que habían sido martirizados por "odium fidei", es decir, por odio a la fe, y que aceptaron cristianamente el sacrificio antes de renunciar a Cristo Jesús.

 El historiador Vicente Cárcel Ortí, experto en el estudio de la persecución religiosa sufrida por España entre 1931 y 1939, dice en su obra "Mártires españoles del siglo XX" que los mártires de Turón "no fueron víctimas de una acción bélica, ni de una represión política, sino que murieron a causa de la persecución religiosa desatada dentro de un plan comunista de conquistar a España, como señaló Gregorio Marañón al referirse a la llamada revolución de Asturias de 1934. Luego, a partir de 1936, el plan se aplicó de manera sistemática".

 Pensemos en que el odio a la fe procede del adversario infernal, y quienes odian a la fe, se convierten en instrumentos suyos.

 En vez de mirar lo que otros hacen, consideremos que no amamos suficientemente la Fe que como tesoro nos ha dado El Señor para conservarlo y aumentarlo.

 El heroísmo en la Fe es diario, somos discípulos de Jesús, tomemos el ejemplo del primer Santo Argentino.




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