16 dic 2018

EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación, tercer domingo de adviento


EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación, tercer domingo de adviento



“Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel” (Sof 3) y "«¿Entonces, qué debemos hacer?»” (Lc 3).


 Cada uno va a ver limitada la voluntad propia, humillado su orgullo y aniquilado su ego, ¿Por qué?.

 Nos abismamos en el ego, deliramos de orgullo y nos hemos vuelto esclavos de nuestros caprichos, ahí es donde Dios como Verdadero Padre nos ama, corrige, impide que nos esclavicemos cultivando la propia autodestrucción.

 Llegó la hora de prestarle atención a Dios, es el momento de levantar la cabeza.

 De ahora en adelante, nadie va a poder hacer lo que quiere, va a comenzar a reinar El Hijo de Dios, se va a hacer la Voluntad de Dios.

 Dios mismo pone límites, impide que cada uno haga lo que se le ocurre, antoja, quiere. Dios Es Padre y corrige, y cuando lo hace, es por Amor que lo hace porque Él Es El Mismo de Siempre.

 La humillación va a ser el pan diario y, ¿Qué tiene que ver esto con la primera lectura?, Hay que alegrarse en la corrección de Dios, en su limitación-humillación.

 Ahí nos está amando verdaderamente, ése es el Verdadero Amor de Dios, por Amor El Señor nos corrige, porque así impide que caigamos en el abismo de ego.

 Hay que aprender la Verdad, Dios no es un adulador misericordioso lisonjero que conforma o satisface el ego, al contrario, por verdadera Misericordia, saca a las almas del abismo de su ego, de la esclavitud de sus vicios, caprichos y ambiciones infernales.




Lecturas de hoy Domingo 3º de Adviento - Ciclo C


Primera lectura, Lectura de la profecía de Sofonías (3,14-18a):

Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel; regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén. l Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temerás mal alguno. Aquel día dirán a Jerusalén: «¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!» El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta.

Palabra de Dios


Salmo,  Is 12,2-3.4bed.5-6

R/. Gritad jubilosos,
porqué es grande en medio de ti el Santo de Israel.

V/. «Él es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

V/. «Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso». R/.

V/. Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
porque es grande en medio de ti el
Santo de Israel. R/.


Segunda lectura, Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,4-7):

 Hermanos: Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.  Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy, Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,10-18):

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«¿Entonces, qué debemos hacer?»
Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacemos nosotros?»
Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban:
«Y nosotros, ¿qué debemos hacer nosotros?»
Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.

Palabra del Señor



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