10
de noviembre, SAN LEÓN MAGNO, PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Una frase suya de un sermón de
Navidad se ha hecho famosa. Dice así: "Reconoce oh cristiano tu dignidad,
El Hijo de Dios se vino de cielo por salvar tu alma".
El Papa San León salió a su
encuentro y logró que no entrara en Roma y que volviera a su tierra, de
Hungría. En el año 455 llegó otro enemigo feroz, Genserico, jefe de los
vándalos. Con este no logró San León que no entrara en Roma a saquearla, pero
sí obtuvo que no incendiara la ciudad ni matara a sus habitantes. Roma quedó
más empobrecida pero se volvió más espiritual.
Nació
en Toscana, Italia; recibió una esmerada educación y hablaba muy correctamente
el idioma nacional que era el latín.
Llegó
a ser Secretario del Papa San Celestino, y de Sixto III, y fue enviado por éste
como embajador a Francia a tratar de evitar una guerra civil que iba a estallar
por la pelea entre dos generales. Estando por allá le llegó la noticia de que
había sido nombrado Sumo Pontífice. Año 440.
Desde
el principio de su pontificado dio muestra de poseer grandes cualidades para
ese oficio. Predicaba al pueblo en todas las fiestas y de él se conservan 96
sermones, que son verdaderas joyas de doctrina. A los que estaban lejos los
instruía por medio de cartas. Se conservan 144 cartas escritas por San León
Magno.
Su
fama de sabio era tan grande que cuando en el Concilio de Calcedonia los
enviados del Papa leyeron la carta que enviaba San León Magno, los 600 obispos
se pusieron de pie y exclamaron: "San Pedro ha hablado por boca de
León".
En
el año 452 llegó el terrorífico guerrero Atila, capitaneando a los feroces
Hunos, de los cuales se decía que donde sus caballos pisaban no volvía a nacer
la yerba. El Papa San León salió a su encuentro y logró que no entrara en Roma
y que volviera a su tierra, de Hungría.
En
el año 455 llegó otro enemigo feroz, Genserico, jefe de los vándalos. Con este
no logró San León que no entrara en Roma a saquearla, pero sí obtuvo que no
incendiara la ciudad ni matara a sus habitantes. Roma quedó más empobrecida
pero se volvió más espiritual.
San
León tuvo que enfrentarse en los 21 años de su pontificado a tremendos enemigos
externos que trataron de destruir la ciudad de Roma, y a peligrosos enemigos
interiores que con sus herejías querían engañar a los católicos. Pero su
inmensa confianza en Dios lo hizo salir triunfante de tan grandes peligros. Las
gentes de Roma sentían por él una gran veneración, y desde entonces los obispos
de todos los países empezaron a considerar que el Papa era el obispo más
importante del mundo.
Una
frase suya de un sermón de Navidad se ha hecho famosa. Dice así: "Reconoce
oh cristiano tu dignidad, El Hijo de Dios se vino de cielo por salvar tu
alma".
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