08 de Noviembre, BEATO JUAN DUNS ESCOTO
El título de “Doctor Sutil” que le
dieron, dice toda su sublimidad. Sus doctrinas sobre la Virgen y sobre la
encarnación obtienen después de siglos la confirmación en el dogma de la
Inmaculada Concepción y en el culto a la realeza de Cristo.
Elabora el misticismo pensante de
San Buenaventura. Escoto es un metafísico y un teólogo.
Empleó su agudeza de ingenio en la
sistematización de los grandes amores de San Francisco: Jesucristo y la Virgen
Santísima. La posteridad también lo ha llamado “Doctor del Verbo Encarnado” y
“Doctor Mariano”.
En
Colonia, de la Lotaringia, en Germania, beato Juan Duns Escoto, presbítero de
la Orden de los Hermanos Menores, el cual, oriundo de Escocia, enseñó las
disciplinas filosóficas y teológicas en Cantorbery, Oxford, París y,
finalmente, en Colonia, como maestro preclaro de sutil ingenio y fervor
admirable. Se le llama doctor sutil y mariano.
Vida
de Beato Juan Duns Escoto
Juan
Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo de 1993.
Juan
Escoto nació en Duns, en Escocia, hacia 1265, entró en la Orden de los Hermanos
Menores hacia 1280 y fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1291. Completó
los estudios entre 1291 y 1296 en París.
Luego
enseñó en Cambridge, Oxford y París, como bachiller, comentaba las “Sentencias”
de Pedro Lombardo.
Tuvo
que abandonar la universidad, por no haber querido firmar una apelación al
Concilio contra Bonifacio VIII, promovida por Felipe el Hermoso, rey de
Francia.
Regresó
allí el año siguiente para obtener el doctorado, con una carta de presentación
del Ministro general de la Orden, Padre Gonzalo Hispánico, que había sido su
maestro, en la cual lo recomendaba como plenamente docto “sea por la larga
experiencia, sea por la fama que se había extendido por todas partes, de su
vida laudable, de su ciencia excelente y del ingenio sutilísimo” del candidato.
A
fines de 1307 Juan Duns Escoto estaba en Colonia, donde enseñó. Quizás no hay
doctor medieval más sobresaliente que este franciscano escocés, que estudió en
Oxford, enseñó en París, fue expulsado por Felipe el Hermoso porque no quiso
firmar la apelación antipapal y murió en Colonia, a la edad en que los otros
filósofos comienzan a producir, como si la llama del pensamiento le hubiese
quemado la juventud.
El
título de “Doctor Sutil” que le dieron, dice toda su sublimidad. Sus doctrinas
sobre la Virgen y sobre la encarnación obtienen después de siglos la
confirmación en el dogma de la Inmaculada Concepción y en el culto a la realeza
de Cristo.
Elabora
el misticismo pensante de San Buenaventura. Escoto es un metafísico y un
teólogo.
Empleó
su agudeza de ingenio en la sistematización de los grandes amores de San
Francisco: Jesucristo y la Virgen Santísima. La posteridad también lo ha
llamado “Doctor del Verbo Encarnado” y “Doctor Mariano”.
Tuvo
numerosos discípulos y muy pronto llegó a ser y siguió siendo el jefe de la
escuela franciscana, que se inició con el Beato Alejandro de Hales, se
desarrolló con San Buenaventura, doctor Seráfico de la Iglesia, y llegó a su
culminación en el Beato Juan Duns Escoto.
Su
doctrina está en perfecta armonía con su espiritualidad.
Después
de Jesús, la Virgen Santísima ocupó el primer puesto en su vida. Duns Escoto es
el teólogo por excelencia de la Inmaculada Concepción.
El
estudio de los privilegios de María ocupó un puesto importantísimo en su vida.
En una disputa pública, permaneció silencioso hasta que unos 200 teólogos
expusieron y probaron sus sentencias de que Dios no había querido libre de
pecado original a la Madre de su Hijo.
Por
último, después de todos, se levantó Juan Duns Escoto, tomó la palabra, y
refutó uno por uno todos los argumentos aducidos contra el privilegio mariano;
y demostró con la Sagrada Escritura, con los escritos de los Santos Padres y
con agudísima dialéctica, que un tal privilegio era conforme con la fe y que
por lo mismo se debía atribuir a la gran Madre de Dios. Fue el triunfo más
clamoroso en la célebre Sorbona, sintetizado en el célebre axioma: “Potuit,
decuit, ergo fecit (Podía, convenía, luego lo hizo)”.
En
Colonia, donde enseñaba, murió el 8 de noviembre de 1308.
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