19 ene 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación


 EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación



Y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino».(Jn 2, 3).



 No tienen vino, no tienen vida, carecen del amor verdadero, solo tienen orgullo, permanecen en el abismo del ego preocupándose por sí mismos.

 No tienen amor ni voluntad de amar, solo piensan en ser amados, reconocidos, vistos, tomados en cuenta, se preocupan demasiado por su ego-yo.

 Permanentemente estamos buscando ser vistos, reconocidos, tomados en cuenta, nos mueve el miedo, la angustiante, desesperante e inútil preocupación por nosotros mismos.

 Nos domina el miedo, el vacío-ausencia de Dios.

 Y eso es lo que debemos remediar, solucionar.

 No vamos a vernos libres del abismo-vacío-ausencia de Dios haciéndonos ver, amar, adorar, aceptar, reconocer, tomar en cuenta, ahí estamos hundiéndonos aun mas en el ego-abismo, ahí nos olvidamos-apartamos de Dios provocando mas ausencia de Dios que es infierno.

 En las situaciones que vivimos, debemos ver-reconocer la realidad subyacente, la causa de todos los males, la ausencia real de Dios en el corazón, el vacío-abismo de egolatría en el que nos hemos convertido.

 Solo hay miedo, pensamos en nosotros mismos, y no levantamos la cabeza-mirada-pensamiento, y mucho menos el corazón. No hay amor ni voluntad de amar, solo miedo, orgullo, miseria, desamor.

 Pidamos a María Virgen, la Madre de Jesús, que Ella interceda por nosotros ante su Hijo pidiendo el milagro de la conversión, pidiendo el milagro de cambiar el orgullo miedoso por amor-entrega generosa a Dios, a su Voluntad y al prójimo.



Lecturas del próximo Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo C


Primera lectura, Lectura del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor a Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi predilecta», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo. Como un joven se desposa con una doncella, así te desposan tus constructores. Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo.

Palabra de Dios


Salmo, Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

V/. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

V/. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

V/. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.


Segunda lectura, Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):

Hermanos: Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Palabra de Dios


Evangelio del domingo Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen  vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: 1«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Palabra de Dios


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