26 ene 2019

Evangelio del domingo, 3º Domingo del tiempo ordinario, meditación


Evangelio del domingo, 3º Domingo del tiempo ordinario, meditación


«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».


¿Cómo se cumple lo que El Señor leyó en la sinagoga?, Se cumple en la medida en la que Él pueda instaurar su Reinado en nuestra vida, en la medida en la que pueda hacer Reinar Su Voluntad como Dios, Señor y Rey Que Verdaderamente Él Es.


 Falta el Rey y Señor en nuestro interior, Jesús no ocupa su lugar justo, debido, correspondiente.

 Hemos aceptado superficialmente al Señor y lo tenemos en la puerta, en lo exterior y aparente, aun no ha entrado en lo mas profundo de nuestro ser, Él no reina verdaderamente en nuestra vida.

 Esto es así porque Él no adopta las decisiones, ¿Qué clase de rey es si no puede expresar su Voluntad y hacerla cumplir, reinar o imperar en sus dominios?.

 Su Voluntad Divina no reina-impera en nuestra vida.

 Es un mero espectador de las apariencias de piedad que construimos, lo tenemos sentado mirando-observando como nos jactamos de ser fieles perfectos, un triste espectáculo solo para alimentar el ego.

 Es hora de recapacitar, es el momento de reconsiderar el modo de ser religiosos, piadosos o almas de fe.

 Tenemos que dejar de engañarnos a nosotros mismos, debemos llegar a ser verdaderamente espirituales, es decir, hay que dejar que El Señor sea verdaderamente Nuestro Señor y Rey, Él tiene que poder hacer Su Voluntad en nuestra vida para instaurar su reinado y que nuestra vida llegue a ser verdaderamente a ser su vida y así su Vida esté en nosotros.

 Entonces, ¿Cómo se cumple lo que El Señor leyó en la sinagoga?, Se cumple en la medida en la que Él pueda instaurar su Reinado en nuestra vida, en la medida en la que pueda hacer Reinar Su Voluntad como Dios, Señor y Rey Que Verdaderamente Él Es.

 Como última consideración, pensar que si Él no Reina verdaderamente en nuestra vida, reina la voluntad rebelde surgida de nuestro ego y tendiente a satisfacer-alimentar todos los vicios.



Lecturas del Domingo 3º del Tiempo Ordinario - Ciclo C


Primera lectura Lectura del libro de Nehemías (8,2-4a.5-6.8-10):

En aquellos días, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón. Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley.
El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión.
Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas:
«Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura.
Entonces, el gobernador Nehemias, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea:
«Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Y añadieron:
«Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza».

Palabra de Dios


Salmo, Sal 18,8.9.10.15

R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

V/. La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.


Segunda lectura, Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,12-30):

Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro sino muchos.
Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito». Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.
Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.
Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.
Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?

Palabra de Dios


Evangelio, Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):

Ilustre Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».

Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:

«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Palabra de Dios





19 ene 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación


 EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación



Y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino».(Jn 2, 3).



 No tienen vino, no tienen vida, carecen del amor verdadero, solo tienen orgullo, permanecen en el abismo del ego preocupándose por sí mismos.

 No tienen amor ni voluntad de amar, solo piensan en ser amados, reconocidos, vistos, tomados en cuenta, se preocupan demasiado por su ego-yo.

 Permanentemente estamos buscando ser vistos, reconocidos, tomados en cuenta, nos mueve el miedo, la angustiante, desesperante e inútil preocupación por nosotros mismos.

 Nos domina el miedo, el vacío-ausencia de Dios.

 Y eso es lo que debemos remediar, solucionar.

 No vamos a vernos libres del abismo-vacío-ausencia de Dios haciéndonos ver, amar, adorar, aceptar, reconocer, tomar en cuenta, ahí estamos hundiéndonos aun mas en el ego-abismo, ahí nos olvidamos-apartamos de Dios provocando mas ausencia de Dios que es infierno.

 En las situaciones que vivimos, debemos ver-reconocer la realidad subyacente, la causa de todos los males, la ausencia real de Dios en el corazón, el vacío-abismo de egolatría en el que nos hemos convertido.

 Solo hay miedo, pensamos en nosotros mismos, y no levantamos la cabeza-mirada-pensamiento, y mucho menos el corazón. No hay amor ni voluntad de amar, solo miedo, orgullo, miseria, desamor.

 Pidamos a María Virgen, la Madre de Jesús, que Ella interceda por nosotros ante su Hijo pidiendo el milagro de la conversión, pidiendo el milagro de cambiar el orgullo miedoso por amor-entrega generosa a Dios, a su Voluntad y al prójimo.



Lecturas del próximo Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo C


Primera lectura, Lectura del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor a Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi predilecta», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo. Como un joven se desposa con una doncella, así te desposan tus constructores. Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo.

Palabra de Dios


Salmo, Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

V/. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

V/. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

V/. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.


Segunda lectura, Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):

Hermanos: Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Palabra de Dios


Evangelio del domingo Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen  vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: 1«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Palabra de Dios


13 ene 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO, Bautismo del Señor


 EVANGELIO DEL DOMINGO, Bautismo del Señor



«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco». (Lc 3, 22).



 Considerar que El Padre busca la Presencia Viva del Hijo en nosotros para bendecirnos con El Espíritu, y solo esta presente El Hijo si discernimos Su Voluntad y lo obedecemos-seguimos. Si El Hijo no Reina-Vive-Permanece en nosotros, no veremos al Espíritu, no recibiremos la Bendición de Dios.

 Dios Ama, Es Amor y quiere Amar, tenemos que aprender a dejarnos Amar por Dios.

 Sabemos sobre Dios, pero no conocemos a Dios, y no conocemos a Dios porque no nos hemos dejado Amar verdaderamente por Él.

 Todavía somos sumamente inmaduros, queremos que Dios nos ame como se nos ocurre, viene en ganas y buscamos que nos satisfaga en lo que queremos, necesitamos, ambicionamos, deseamos, etc.

 No escuchamos, no vemos, no entendemos lo que Dios quiere, ni siquiera nos interesa.

 Como no estamos verdaderamente dispuestos a obedecer a Dios, no sabemos lo que Él quiere, no conocemos su Voluntad, y en este punto es conveniente recordar que el primer pecado fue desobediencia, rebeldía, oponerse a la Voluntad de Dios.

 Estamos actualizando el pecado original constantemente, desobedecemos a Dios, aun hablando de Él todo el tiempo, incluso cuando creemos servirlo o pertenecerle.

 Hay que abrir los ojos, tenemos que dejar de engañarnos a nosotros mismos, es la hora de empezar a discernir la Voluntad de Dios y de llegar a obedecerlo-seguirlo verdaderamente.

 Solo en este camino de real obediencia a su Voluntad, llegaremos a conocer el gran Amor que Dios nos tiene, ahí seremos amados verdaderamente por Dios porque, fuera del camino, no hay luz, permanecemos a oscuras mintiéndonos-engañándonos, construyendo una evasión de la realidad que llamamos ‘piedad’ o ‘culto’.

 En definitiva, y volviendo al principio, Dios Es Amor y Ama, pero no conocemos ese Amor porque andamos fuera del camino, salimos por la tangente, formamos un mundo paralelo en el que hablamos de Dios y sobre Él, pero en el que Él aun no ha podido entrar, permanece afuera como espectador inerte, no lo dejamos Ser Dios, obrar como tal, verdaderamente aun no amamos a Dios como es debido, nos engañamos a nosotros mismos.

 Amar a Dios en verdad es aceptarlo-recibirlo, y lo recibimos-aceptamos cuando discernimos su Voluntad y lo obedecemos-seguimos colaborando en lo que Él quiere hacer en nuestra vida.

 Considerar que El Padre busca la Presencia Viva del Hijo en nosotros para bendecirnos con El Espíritu, y solo esta presente El Hijo si discernimos Su Voluntad y lo obedecemos-seguimos. Si El Hijo no Reina-Vive-Permanece en nosotros, no veremos al Espíritu, no recibiremos la Bendición de Dios.


Lecturas del domingo, Bautismo del Señor - Ciclo C


Primera lectura Lectura del libro del profeta Isaías (42,1-4.6-7):

Mirad a mi Siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas. «Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».

Palabra de Dios


Salmo Sal 28

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz

V/. Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

V/. La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

V/. El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta sobre las aguas del diluvio,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.


Segunda lectura libro de los Hechos de los apóstoles (10,34-38):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».

Palabra de Dios


Evangelio del domingo Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,15-16.21-22):

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».

Palabra del Señor



5 ene 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación, EPIFANÍA del Señor


EVANGELIO DEL DOMINGO, meditación, EPIFANÍA del Señor


Hemos construido en la arena, y con barro por añadidura, todo es orgullo-amor propio, suponemos que es perfección, pero carecemos de lo esencial que es amor, no amamos ni queremos amar, solo y siempre nos preocupamos por nosotros mismos, no hemos salido del abismo del ego.


 Decía San Francisco de Asís “El Amor no es amado”.

 No amamos a Dios que Es Amor, ¿Qué podemos esperar de Él hacia abajo?.

 El estado actual es de orgullosa y cómoda satisfacción en nosotros mismos, no miramos hacia arriba, no adoramos verdaderamente a Dios, solo y siempre estamos pensando en nosotros mismos.

 Orgullosos, satisfechos, conformes con lo que hemos realizado, nos presentamos ante Dios y el prójimo como si nos debieran adorar, conformar, satisfacer, obedecer.

 Si no nos aman, adoran, satisfacen o conforman en lo que pretendemos, nos creemos habilitados para condenar, despreciar, olvidar, rechazar.

 No entendemos que, cuando creemos que es justo odiar, despreciar, condenar, estamos ante el momento oportuno para perdonar.

 Por otro lado, no se puede obligar a nadie a amar, mucho menos a adorar, y menos aun todavía se puede obligar a que aprueben ese delirio de orgullo y falsa perfección que hemos construido.

 Hemos construido en la arena, y con barro por añadidura, todo es orgullo-amor propio, suponemos que es perfección, pero carecemos de lo esencial que es amor, no amamos ni queremos amar, solo y siempre nos preocupamos por nosotros mismos, no hemos salido del abismo del ego.

 Debemos aprender a levantar la cabeza, dejar de mirarnos a nosotros mismos, hay que poner el pensamiento y el corazón en Dios, hay que vencer el cerco de orgullo-miedo, ahí crece verdaderamente el corazón, se dilata, se genera amor.

 Considerar que el miedo nos mueve a querer obligar a Dios y a otros a que nos amen, suponemos que es debido por lo que somos y/o hacemos, mientras que un presupuesto esencial del amor es la libertad, no se ama por obligación o deber.

 No nos ganamos ni merecemos cosa alguna, el amor es libre, debemos examinarnos, reconsiderar lo que nos mueve y el motivo por el que obedecemos-servimos-seguimos al Señor.

 En esencia, el problema es el miedo, tememos no ser amados y por ello obramos instintivamente buscando la manera de obtener el amor, incluso diciendo que nos es debido alegando cierta perfección como lo hacían fariseos y maestros de la ley de antaño.


Lecturas del domingo, Epifanía del Señor


Primera lectura, Lectura del libro de Isaías (60,1-6):

¡LEVÁNTATE y resplandece, Jerusalén,
porque llega tu luz;
la gloria del Señor amanece sobre ti!
Las tinieblas cubren la tierra,
la oscuridad los pueblos,
pero sobre ti amanecerá el Señor,
y su gloria se verá sobre ti.
Caminarán los pueblos a tu luz,
los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira:
todos ésos se han reunido, vienen hacia ti;
llegan tus hijos desde lejos,
a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, y estarás radiante;
tu corazón se asombrará, se ensanchará,
porque la opulencia del mar se vuelca sobre ti,
y a ti llegan las riquezas de los pueblos.
Te cubrirá una multitud de camellos,
dromedarios de Madián y de Efá.
Todos los de Saba llegan trayendo oro e incienso,
y proclaman las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios


Salmo, Sal 71

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

V/. Los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
póstrense ante él todos los reyes,
y sírvanle todos los pueblos. R/.

V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.


Segunda lectura, Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,2-3a.5-6):

Hermanos:
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor de vosotros, los gentiles.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio.

Palabra de Dios


Evangelio del domingo, Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,1-12):

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenia que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
“Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las poblaciones de Judá,
pues de ti saldrá un jefe
que pastoreará a mi pueblo Israel”».
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
«ld y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor